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Ruta 3 por los espacios naturales de Castilla y León: Boca del Asno, para disfrutar de como "reyes" de la Sierra de Guadarrama en Segovia

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La provincia de Segovia ofrece a los amantes de la naturaleza unos grandes espacios naturales y áreas recreativas. A las extensas llanuras cerealísticas, típicas de los campos castellanos, se suman los grandes pinares, los paisajes serranos formados por pastos, encinas y pinos o las frescas riberas de los ríos, perfiladas por choperas o escarpados acantilados formados por la erosión del agua y el paso de los años. Parques Naturales como las Hoces del Duratón o las Hoces del Riaza, el Parque Nacional de Guadarrama o la Sierra de Ayllón, son garantías suficientes para conseguir un buen plan natural con éxito. Además, también lugares perfectos para la realización de senderismo, rutas cortas o largas, para todos los gustos.

 

A partir de las referencias del portal turístico Segovia un buen plan, iniciamos una serie de rutas por los espacios naturales de la provincia de Segovia ahora que es primavera y es la estación más atractiva de Castilla y León, paisajísticamente hablando, claro.

Ruta 3: Boca del Asno, área recreativa para todas las edades y públicos en la vertiente segoviana del Parque Nacional de Sierra de Guadarrama

En el Parque Nacional Sierra de Guadarrama, último parque nacional declarado, compartido por las comunidades autónomas de Madríd en la vertiente Sur de la Sierra del Guadarrama y de Castilla y León en su vertiente Norte, incluido en su totalidad en la provincia de Segovia, se encuentra el área recreativa "Boca del Asno",  junto al río Eresma en los Montes de Valsaín, declarados por la Unesco Reserva de la Biosfera, en el citado Parque Nacional Sierra de Guadarrama, con acceso desde el Puerto de Navacerrada.

 

El área cuenta con zonas de juego para los niños y mesas para disfrutar de un día de campo o realizando rutas de senderismo, recorriendo el curso del río, bañándonos en sus pozas o disfrutando de la magnífica vegetación y de la fauna de la zona. Además, la Boca del Asno es coto de pesca en donde se capturan truchas de apreciado sabor.   

 

Por la Boca del Asno transcurre la Senda de las Pesquerías, uno de los lugares más transitados por senderistas y personas que buscan un lugar para el descanso y la tranquilidad, respirando el aire puro de esta parte de la Sierra del Guadarrama y llenándose de los aromas que se pueden detectar por la zona.

 

Un paraje donde Carlos III mandó canalizar uno de los márgenes para su propio disfrute, lo conviertió en un lugar de pesca y paseo. En el parque podremos encontrar una gran variedad de flora y fauna, como águilas imperiales, linces o lobos ibéricos. Dicha ruta de las Pesquerías nos lleva, desde la Boca del Asno, hacia el Puente de la Cantina, en dirección a la sierra, y hacia Valsaín en dirección a Segovia.En cuanto a la calidad de sus aguas, nos encontraremos con embalse de aguas limpias y transparentes, y en el que prácticamente no desciende el nivel durante el verano. Destacar también las playas que se han ido acondicionando en las orillas que nos permiten un magnífico baño o buenos accesos para la práctica del piragüismo.

 

La Senda "Real de las Pesquerías" en Segovia

El Camino de las Pesquerías es un sendero por el margen izquierdo del río Eresma, en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama vertiente segoviana.

 

El rey borbón Carlos III, el déspota ilustrado (ya saben "todo para el pueblo pero sin el pueblo"), amante de la pesca y de los paisajes, en el siglo XVIII, mandó acondicionar el trayecto que va desde el Puente de la Cantina, al final de las siete revueltas del puerto de Navacerrada, hasta el embalse del Pontón, en el Real Sitio de San Ildefonso. Se pasa junto a las áreas recreativas de la Boca del Asno, los Asientos, y por los alrededores de las localidades de Valsaín y el Real Sitio de La Granja, hasta la cola del embalse.

 

Para realizar el paseo con comidad, el rey mandó canalizar ese margen del río y de algunos arroyos que lo alimentan. Levantó plataformas, creó cascadas, pueentes y un camino empedrado. Un magnífico entorno ideal para paseantes y amantes de la naturaleza. También acondicionó el lugar para la práctica de la pesca, de ahí viene su nombre.

 

Aparcamiento: si se empieza la senda desde el Puente de la Cantina, el aparcamiento es muy limitado. Empezando desde la cola del embalse, el aparcamiento es más grande. Aunque la ruta se puede empezar desde muchos puntos. Si se quiere aparcar en el puente de la Cantina y no hay sitio, abstenerse de aparcar en las cunetas, se está multando por ello. Alternativas: Boca del Asno y Los Asientos o empezar desde el embalse.

  • La senda La Granja de San Ildefonso - Pesquerias Reales

 

DESDE: Real Sitio de La Granja de San Ildefonso en el Embalse del Pontón
ZONA: Montes de Valsaín, Valle de Valsaín, Sierra de Guadarrama – Sistema Central.
RESUMEN: Dificultad: Fácil Desn.Acum: 250 m Long: 13 km T: 4 h
MATERIAL: Senderismo – Se recomienda usar 2 coches.
INFO: el Camino de las Pesquerias reales es apto para todos los públicos, está como moderada sólo y exclusivamente por la distancia.

 

La Senda de las Pesquerías Reales, (Granja de San Ildefonso) arranca desde el Puente Nuevo de Segovia sobre el Embalse del Pontón Alto. Se coge dirección Sur el Camino de las Pesquerías Reales, caminando junto al Embalse del Pontón Alto, se sigue por el sendero bien definido entre un denso robledal y en cuanto dejamos atrás la zona previa al embalse comienza a dejarse ver los primeros alisamientos de terreno todavía en tierra, hasta alcanzar el Puente de las Pasaderas, de la época de Carlos III, con grandes rocas graníticas alisadas en su superficie al aire que permite vadear este tramo del río Eresma. Unos metros más adelante aparece ya un puente más moderno con sus pasamanos en madera y de buena construcción que se presume que por su proximidad le han hecho llamar igual que el auténtico también de las Pasaderas.


A partir de aquí, se comienza a ver los pequeños muros de granito por la orilla izquierda del Eresma, pequeñas escalinatas que dejan a pie del río, para que la nobleza no tenga que salvar el arduo desnivel de 1 metro, balcones de varios metros de ancho lisos para la pose de la buena práctica de la pesca, y hasta muescas sobre rocas lisas para que no pueda existir un resbalón por error. Se está pasando por la zona más intacta y menos transitada del recorrido, digna de analizar y recrearse en ella. 

 

Se llega a la Central Hidroeléctrica o Fabrica de luz encargada de la transformación de la energía hidráulica en energía eléctrica, en la Presa del Salto del Olvido, en medio de ambas construcciones aparece el Puente del Anzolero, siguiendo la Senda de las Pesquerías Reales, se alcanza la Presa del Salto del Olvido.


Unos metros más arriba un pequeño sendero que sale a mano izquierda y que las jaras y piornos se empeñan en querer cerrar, pero los transeúntes no las dejan, se llega al Puente de Valsaín, desde donde se alcanza a ver una bonita estampa de la población y sobre ella destacando las ruinas del Palacio de Valsaín o Casa Real del Bosque (en otra época), Puente de Valsaín, se atraviesa y unas escaleras metálicas nos da acceso a la Pradera del Navalhorno, hasta el Puente de los Canales.

Transitando por una ancha senda entre robles, se llega a una de las represas, de la época de Carlos III, y una fuente que en ninguna época del año deja de ofrecer agua, el cañito de San Pedro. Unos metros más adelante se hace visible el Puente de los Canales, un arco amplio central por el que se atraviesa el Eresma en su vertiente norte, y se puede apreciar en una roca central el escudo real, y 27 magníficos pilares soportando una canaleta por la que transcurre el agua, que se coge del Arroyo de Peñalara y que por uno de sus extremos atraviesa un ancho muro hacia la pradera de Valsaín por las que asciende por un caz hacia la parte alta para luego bajar a Valsaín.

Se cruza primero por el Puente de Peñalara para, a continuación, por el puente de madera moderno habilitado a la orilla izquierda del río y de nuevo en la Senda de las Pesquerías Reales, los pinares de Valsaín ya van reclamando su territorio, y algunos alisos dejan sus ramas colgando, comenzando el tramo del río Eresma donde más deja notar, tramos anchos de aguas mansas con tramos estrechos enrocándose en pequeños saltos y formaciones curiosas rocosas.

 

De aquí por la Vuelta de los Perales hasta alzanzar el área recreativa de Los Asientos, que ya adaptó en su época Carlos III, dispone de unas 150 plazas de coche además de un amplio terreno para hacer unas buenas meriendas en familia a orillas del río Eresma.


En el próximo 1,5 km no hat sobresaltos ni ningún punto concreto a destacar, más que la propia senda entre espesa vegetación, disfrutando a orillas del río del suave ruido del tránsito de sus aguas y algún piar de los pajarillos, ya se ve el Puente de Navalacarreta también de la época, con tres ojos de diferentes tamaños, rellenado con un refuerzo dejando un ojo de pequeño tamaño para personas.

  • La Senda de las Pesquerías Reales desde la Boca del Asno

Se continúa la vereda del río y se va estrechando, señal que pronto aparecerá la Boca del Asno, aunque previamente, todavía se verá una curiosidad más de este recorrido la llamada Peña la Barca por su forma y porque en su parte alta alisada por tantos y tantos que la habrán hollado en un extremo, sún conserva el labrado el escudo real.

 

Se continúa y se llega a la cara norte de la Boca del Asno, precisamente debido a esta zona estrecha de grandes rocas graníticas entrecruzándose es a la que dicen que se debió su nombre, pudiéndose haber llamado de cualquier otra manera.

Se sube por escaleras modernas sobre el desfiladero norte, continuándose unos metros y desciendo al Puente de la Boca del Asno, m

oderno sobre pilares en los extremos y una segura pasarela de madera que los une, en la orilla derecha del río. Recordar que este área recreativa se inauguró en el año 2004.
           
Continuando por el camino de las Pesquerías Reales, río Eresma arriba, combinando tramos rectos largos donde el río se explaya con estrechamientos donde los bolos graníticos quieren invadir el discurrir del agua, estampa de ensueño entre inmensos pinares, llegando a lo que era el Puente de los Vadillos, del que solamente quedan los pilares al descubierto, la pasarela de madera ha desaparecido, siguiendo a la zona del mismo nombre Los Vadillos, punto donde se une el Arroyo del Puerto del Paular y el Arroyo Minguete al río Eresma.

 

Aquí aparecen otros dos pequeños puentes de madera modernos para el cruce de ambos arroyos que se abren en Y. Eligiendo por el arroyo Miguete, que según los entendidos es por donde se adentraba Carlos III, unos metros más arriba se puede disfrutar del baño en un par de pozas bien protegidas y con una profundidad perfecta para esta práctica, se conoce como Baños de Venus. Justo encima entre rocas y con escalinatas por ambos lados una fuente, que si ahora lleva agua, significa que lo lleva todo el año. El agua, por razones obvias, está muy fría.

La senda continúa entre el espeso pinar albar de pinos silvestres, célebres por su madera por servir para la construcción del monasterio de El Escorial, por parte de Felipe II, que ya conocía estos parajes, al igual que su padre Carlos I de Castilla,  y el inmenso manto verde que todavía mantienen los infinitos helechos del lugar, hasta llegar a una gran losa de granito que hace las veces de puente sobre el arroyo Minguete, se continúa en un estado de serenidad, expectación y ensimismamiento con el paisaje como si de un bosque encantado se tratara, hasta alcanzar el último puente moderno de madera que cruzaremos sobre el mismo río, para alcanzar el asfalto de la ruta GR-10.1.

 

Se retrocede unos escasos metros hacia atrás para ver el último punto del recorrido de las Pesquerías Reales, el que se cree hasta donde llegaba Carlos III, el puente del Telégrafo, punto donde se une el arroyo del mismo nombre con el arroyo del Minguete.

De aquí un paseo militar hasta el Puente de la Cantina donde dejamos uno de los coches, puente de un solo arco de medio punto, rehabilitado posteriormente manteniendo su original estructura, fue construido también por orden de Carlos III en 1778 y aunque no tiene nada que ver con la Senda de las Pesquerías Reales, si con su impulsor.

 

Se finaliza la ruta delante de la conocida Fuente de la Canaleja, en otra época Fuente del Peñón, ya que la verdadera fuente de la Canaleja se encuentra más arriba entre la arbolada, desviando sus aguas hacia esta, mucho más monumental y atractiva para el visitante, en el aparcamiento, para recobrar el resuello y hacerse algunas fotos para la posteridad.

 

El Parque Nacional Sierra de Guadarrama

 

  • Los límites 

 

Los límites oficiales del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama son los recogidos en la Ley de Declaración, en la que figuran la descripción literal y los mapas oficiales.

 

No obstante, para hacerse una idea de por dónde discurren los límites, se puede sintetizar de la siguiente manera: partiendo de las inmediaciones del Puerto de Navafría, el Parque discurre básicamente por los cordales de los Montes Carpetanos, Cuerda Larga y Siete Picos, dibujando una figura con forma de ancla.

 

Sus límites recorren un perímetro de 275 km, albergando una superficie de 33.960 hectáreas. Esta extensión cumple el requisito establecido en la Ley de Parques Nacionales 30/2014 que determina en 20.000 ha la superficie mínima que debe tener un Parque Nacional. Además, la extensión del Parque es suficiente para permitir su evolución natural con escasa intervención humana. De esta manera, se podrán mantener sus características físicas y biológicas, asegurando el funcionamiento de los procesos naturales presentes.

 

Se localiza en la parte oriental del Sistema Central y se extiende por las cumbres de la Sierra de Guadarrama, ocupando una superficie de 33.960 hectáreas, de las cuales casi el 64% corresponde a la Comunidad Autónoma de Madrid y algo más del 36% restante pertenece a Segovia, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León. El pico Peñalara, con sus 2.428 m.s.n.m., es la cima de mayor altitud, y junto con otras cuatro cumbres aledañas, de más de 2.271 m, conforma la cresta del llamativo Macizo de Peñalara, que se prolonga desde el Puerto de Los Cotos, en dirección N-NE, hasta el Collado del Camino del Nevero.

 

A partir de aquí el Parque Nacional continúa hacia el noreste siguiendo el eje central de la Sierra de Guadarrama, atravesando el Puerto de Navafría, hasta llegar a la cumbre de Reajo Alto (2.100 m). Existe otro cordal montañoso imponente, Cuerda Larga, que se inicia en el Puerto de Navacerrada y que, durante 16 km, mantiene una altitud superior a los 2.000 m, con una cota máxima de 2.383 m en Cabezas de Hierro. El Puerto de la Morcuera marca el final de Cuerda Larga y el inicio de la Sierra de la Morcuera, de menor altura que la anterior, y que se prolonga más allá del límite del Parque Nacional. Otras sierras y cumbres de interés son Siete Picos, que discurre entre el Puerto de Navacerrada y el Puerto La Fuenfría, Sierra de los Porrones, La Pedriza, Peña del Oso (2.196 m) y Montón de Trigo (2.195 m).

 

 

El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en el Sistema Central, macizo montañoso que divide en dos la meseta castellana y separa las cuencas hidrográficas del Duero y el Tajo y las provincias de Segovia y Madrid. La mayor parte de su superficie lo ocupan las cumbres dominadas por los afloramientos rocosos y los pastos y matorrales de altura.

 

Durante el trámite de su declaración, en algún momento, llegó a denominarse “de las Cumbres de la Sierra de Guadarrama”, pero, la inclusión de extensas superficies de pinar y otras no tan extensas de melojar que ocupan los pisos bioclimáticos supra y oromediterráneo provocó que la denominación “de las cumbres” perdiera su sentido.

 

Aporta, por tanto, a la Red de Parques Nacionales la representación de diversos sistemas naturales, entre ellos, los pinares de Pinus sylvestris de reconocido valor ambiental, naturalidad y excelente estado de conservación sobre suelos silíceos. Los «sistemas naturales de origen glaciar y periglaciar» que poseen un modelado más propio de latitudes más norteñas o de altitudes más elevadas. La excepcionalidad de sus sistemas «formaciones y relieves de montaña y alta montaña» se encuentra en la geomorfología de la roca granítica que resalta formas del relieve y paisajes únicos. Los sistemas naturales «quejigares y melojares», poco representados en la Red, los «matorrales supraforestales, pastizales de alta montaña, estepas leñosas de altura y cascajares» y «pinares, sabinares y enebrales», aportan una mayor representación en la Red de Parques Nacionales.

 

Desde un punto de vista cuantitativo en el Parque Nacional encontraremos más de 1.000 especies vegetales, de las que 114 se pueden considerar de interés y 83 como endemismos. En la Lista Roja de la flora vascular española se incluyen en diferentes categorías Erysimum humile subsp penyalarense, Licopodiella inundata, Ranunculus valdesii y Utricularia minor. Otras muchas se encuentran incluidas en diferentes catálogos nacionales o autonómicos.

 

 

La fauna vertebrada se encuentra representada por 255 taxones de los que 148 son aves, la mayor parte de ellas propias de las cumbres montañosas como el acentor alpino o el común, la collalba gris, el pechiazul o el roquero rojo. También encontramos algunas de las especies de aves más amenazadas de la península como el buitre negro, el águila imperial y la cigüeña negra. El barbo comizo o la trucha común son parte de las 14 especies de peces y la rana patilarga o el sapillo pintojo pueden representar a los 36 anfibios y reptiles presentes en este espacio. Son más de 58 especies de mamíferos las presentes en el Parque entre las que están presentes cabras monteses, nutrias y una amplia variedad de murciélagos.

 

La fauna invertebrada es muy diversa y la tarea de revisar sus censos es un objetivo prioritario para el parque. Algunas especies de mariposas tan extraordinarios como la Graellsia o la Apolo pueden llegar a ser, por su belleza y singularidad, el icono del parque. Son más de 74 los taxones presentes con algún tipo de protección a nivel nacional o europeo.

 

Desde las zonas más bajas del Parque, en ambas laderas, hasta la cumbre de Peñalara, podemos encontrar encinares, estepares, robledales, pinares, bosques de galería, piornales y enebrales rastreros, pastizales de altura, prados húmedos y cervunales, pequeñas manchas de abedul o tejo y un largo etcétera de formaciones vegetales. Por su belleza, singularidad y extensión se pueden destacar las más de 50 hectáreas de acebo bajo cubierta de pino silvestre situadas en una de las márgenes del rio Acebeda.

 

 

En el Parque Nacional además de flora, fauna y paisajes destacan la representación de fenómenos geológicos singulares. El berrocal denominado “La Pedriza del Manzanares” es el reino del granito y de sus formas caprichosas, modeladas por las distintas formas de erosión debidas al periglaciarismo, al agua, al viento o a la descomposición química de la roca, a la que esculpen dándole unas formas que son únicas en la península. También es de destacar el macizo de Peñalara por sus formaciones glaciares siendo estas las más importantes y mejor conservadas formas de modelado glaciar del Guadarrama: morrenas, paredes de circo, cubetas, lagunas, etc. A ellas se unen las formas debidas a la intensa actividad periglaciar que se inició tras la etapa final del glaciarismo.

 

El que conozca la Sierra de Guadarrama sabe que cualquier referencia a ella es incompleta si no se hace mención a la cultura. Su cercanía a Madrid ha supuesto que desde hace cientos de años la Sierra de Guadarrama sea escenario de paisajes culturales, sobre todo pictóricos y literarios pero también arquitectónicos, cinematográficos, e incluso educativos. La Sierra de Guadarrama es la que aparece en los fondos de paisaje de los más famosos retratos reales de Velázquez. También aparece en las pinturas de Carlos de Haes, Martin Rico, Morera, Beruete o Sorolla en varios de sus cuadros, entre los que podemos resaltar “Tormenta sobre Peñalara” pintado desde el Cerro Matabueyes. Es el motivo de hermosos fragmentos literarios de escritores que la eligieron como escenario de sus obras o como motivo de sus poemas.

 

Es el marco paisajístico de edificios tan emblemáticos como los Monasterios de El Escorial y de Santa María de El Paular, del Palacio de La Granja y del Castillo de Manzanares. También es el escenario de cientos de películas, desde las superproducciones de Hollywood de los años cincuenta a las series televisivas de actualidad. Los valores culturales que encierra el paisaje de la Sierra de Guadarrama entraron en nuestras casas mucho antes de su declaración como Parque Nacional. Incluso un movimiento renovador de la formación y del pensamiento, como el fundado por Giner de los Ríos a través de su “Institución Libre de Enseñanza”, eligió como elemento formativo fundamental el contacto con la naturaleza en la Sierra de Guadarrama.

 

Además de la cultura con mayúsculas que acabamos de destacar, en la Sierra de Guadarrama, sobrevive con esfuerzo una cultura que, por dejar un registro más humilde de su existencia, corre el peligro de desaparecer. Son las tradiciones de los serranos que desde hace milenios pueblan y modifican el paisaje con una cadencia cercana a la de la propia naturaleza. Estas modificaciones del paisaje vienen motivadas por la explotación de los recursos naturales a través de la agricultura, la ganadería o los aprovechamientos forestales. Toda esta actividad realizada para obtener alimentos, energía y utensilios ha generado en el trascurso de los siglos este paisaje que hoy consideramos digno de ser declarado Parque Nacional y a su vez infinidad de tradiciones que suponen el acervo cultural de la sierra.

  • Historia del Parque Nacional

 

En las últimas décadas del siglo XIX, un reducido y selecto grupo de científicos e intelectuales, impulsados por un espíritu de exploración y de investigación, desarrolló los primeros estudios cartográficos, geológicos, botánicos y faunísticos sobre la Sierra de Guadarrama. Esta corriente de interés científico confluyó con la aparición, en 1876, de un movimiento de renovación pedagógica que impulsó el conocimiento y amor por la Sierra: la Institución Libre de Enseñanza.

 

A principios del siglo XX surgen las primeras sociedades deportivas y montañeras como la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, el primer organismo que pidió, ya en los años 20, la declaración de Parque Nacional. Pero no sería hasta la década de 1930 cuando comenzaría la protección de la Sierra con la implantación, por ejemplo, de la figura de Sitio Natural de Interés Nacional (Cumbre, Circo y Lagunas de Peñalara, Pedriza de Manzanares y Pinar de la Acebeda).

 

Posteriormente algunas de estas áreas protegidas fueron reclasificadas y surgieron otras nuevas figuras de protección, nacionales y comunitarias, que exceden los límites del Parque. Finalmente, el 25 de junio de 2013, el Congreso de los Diputados aprueba la Ley de declaración del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

  • Los municipios del parque nacional en Castilla y León

El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama ocupa terrenos de 28 términos municipales, 16 en la Comunidad de Castilla y León y 12 en la Comunidad de Madrid. Su superficie alberga nueve sistemas naturales incluidos en el Anexo de la Ley de la Red de Parques Nacionales con un total de 30.503 hectáreas, lo que supone un 91% de la superficie del Parque.

 

Dado que el Parque ocupa las cotas más altas de la Sierra de Guadarrama, los sistemas naturales asociados al gradiente altitudinal se distribuyen de manera continua a ambos lados de los cordales por donde discurre el Parque. Es el caso por ejemplo de los pastizales de alta montaña, los matorrales supraforestales y los pinares. La protección conjunta de ambas vertientes, la segoviana y la madrileña, bajo la figura única de Parque Nacional permite una mejor conservación de estos sistemas naturales.

 

Cabe recordar que, hasta hace relativamente poco, menos de 2 siglos (1833- bajo el ministerio de fomento regido por Javier de Burgos, se delimitaron las provincias actuales en la Península), todo espacio territorial delimitado por el parque, formaba parte de la Comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, con la excepción del enclave de Manzanares el Real.

 

  • Las formas paisajísticas del parque

El discurrir del Parque Nacional por zonas de cumbre hace que las formaciones y relieves singulares de montaña y alta montaña destaquen al describir sus límites. Cabe mencionar los montes Carpetanos, con amplias panorámicas desde las cumbres, como el Pico del Nevero, La Flecha o el Macizo de Peñalara. Es en este último, la acción glaciar durante el pleistoceno ha dejado en el lugar numerosos testigos de arcos, coluviones, circos de nivación, morrenas y cubetas, ocupadas hoy en día por turberas y lagunas.

 

Desde aquí, por la loma del Noruego se alcanza la Sierra de Cuerda Larga–La Pedriza que constituye un macizo granítico de excepcional modelado, único en la Península Ibérica por su variedad y desarrollo. Al oeste del Parque se encuentra el tercer cordal, la Cumbre de Siete Picos, formada por un conjunto de tors graníticos que se elevan entre 20 y 30 m por encima del sustrato general de la montaña y que por su singularidad tienen un alto valor geomorfológico. La vertiente madrileña es más rocosa y abrupta que la segoviana y tiene un pequeño circo glaciar formado por la acumulación de nieve por efecto del viento, siendo esta morfología glaciar una de las más occidentales de la Sierra de Guadarrama.

 

El ámbito del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama posee una marcada continuidad territorial, estando muy poco fragmentado por estructuras viarias. Entre las carreteras y el ferrocarril suman 18,9 km de longitud. La fragmentación resultante de estas infraestructuras no supone una amenaza para las características físicas y biológicas del Parque Nacional ni para el funcionamiento de sus procesos naturales. En algunas zonas, los límites del ámbito del Parque se han ajustado para reducir al máximo posible el número de kilómetros de carretera y de infraestructuras en su interior.

 

  •  
  • Zonificación del Parque Nacional

La zonificación es una herramienta que permite organizar el territorio del Parque Nacional en función del valor y fragilidad de sus recursos y de su capacidad de acogida para los distintos usos, con el fin de minimizar los impactos negativos y de asegurar un uso del espacio compatible con la conservación de los valores protegidos.

 

El Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) establece las siguientes categorías de zonificación:

Zonificación

Criterios de Zonificación

Subzonas

Condiciones

Zona de Reserva

Áreas que temporal o permanentemente requieran el máximo grado de protección.

Se prohíbe el acceso salvo con fines científicos o de gestión y, en caso necesario, de salvamento, policía y vigilancia ambiental.

Zona de Uso Restringido

Áreas con elevado grado de naturalidad.

Accesible para visitantes solo por senderos autorizados prohibido por el resto del territorio salvo regulación expresa en PRUG.

Consulta los trámites para grupos y la regulación específica para cada tipo de actividad. 

Tipo A

·  No compatible: aprovechamientos micológicos, ciclismo y actividad ecuestre, salvo vinculado uso ganadero o gestión del Parque.

·    Pueden transitar pequeños grupos de senderistas (consulta los trámites necesarios para grupos).

Tipo B

·  Pueden transitar bicicletas, caballos y grupos medianos de senderistas.

·  Aprovechamientos micológicos compatibles solo en otoño.

Tipo C

·  Pueden transitar bicis, caballos y grupos medianos de senderistas de acuerdo condiciones art 43 y 45

·  Aprovechamientos micológicos compatibles todo el año

Zona de Uso Moderado

Áreas con clara dominancia natural.

Permitido acceso visitantes.

Incluye áreas manejadas población local en régimen extensivo y/o comunal dando lugar a procesos agroecológicos.

Aprovechamiento micológico todo el año.

Consulta la regulación específica para cada tipo de actividad. 

Tipo A

·  Se realiza gestión forestal activa para su conservación, zonas en las que existen repoblaciones que requieren tratamientos.

·  Tránsito de personas por los viales existentes.

Tipo B

·  Áreas de uso recreativo donde el acceso  público peatonal es libre.

Tipo C

·  Zona con intenso uso ganadero.

·  Acceso libre restringido a titulares de aprovechamientos, debiendo el público en general transitar por los viales existentes.

Tipo D

·  Zonas en las que se prevén trabajos de restauración del entorno

·  Acceso restringido en tanto se estén realizando labores de restauración

Zona de Uso Especial

Áreas de reducida extensión donde se ubican construcciones, instalaciones e infraestructuras mayores. Incluye instalaciones que son necesarias para uso público y para actividades de gestión y administración. Incluyen las instalaciones preexistentes, servicios de interés general, carreteras y las infraestructuras de transporte existentes.

Acceso peatonal público libre, salvo vallados, cerramiento o señalización.

En cada zona de uso especial se especificaran usos particulares autorizados o autorizables y restricciones acceso descrito en Fichas descriptivas de la zonificación.

Las regulaciones de acceso se establecen en el PRUG sin perjuicio de derechos de terceros.

 

Asimismo, la Administración gestora podrá establecer otras limitaciones temporales o permanentes para el acceso a localizaciones concretas del parque nacional por motivos de conservación o seguridad.

 

  • Vegetación y sistemas naturales

La vegetación del Parque Nacional está constituida por comunidades vegetales características del Sistema Central. Una parte importante de ellas son exclusivamente guadarrámicas. Las más representativas son los pinares de pino albar o pino de Valsaín (Pinus sylvestris var. iberica), los matorrales supraforestales de piorno serrano y enebro rastrero, y los pastizales psicroxerófilos que viven en las cumbres de la Sierra.

 

En el entorno de las cumbres y las laderas más elevadas se forman complejos mosaicos donde alternan pastos húmedos, turberas, charcas y lagunas, pastos xerófilos, comunidades de grietas y repisas de roquedos, etc. En estos hábitats es donde se desarrolla la mayor diversidad de comunidades vegetales y la flora más singular del territorio.

 

En el Parque Nacional, se encuentran representados ocho sistemas naturales contemplados en la ley 30/2014 de Parques Nacionales.

 

En relación a los sistemas naturales terrestres españoles que los parques deben representar, en el territorio que comprende el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama existen ocho, que son: matorrales supraforestales, pastizales de alta montaña, estepas leñosas de altura y cascajares; formaciones y relieves singulares de montaña y alta montaña; sistemas naturales singulares de origen glaciar y periglaciar; robledales, hayedos y abedulares; quejigares y melojares; pinares, sabinares y enebrales; humedales y lagunas de alta montaña; cursos de agua y bosques de ribera.

 

Dentro de la unidad biogeográfica que forma el Sistema Central, la Sierra de Guadarrama constituye un territorio bien definido y caracterizado por un mayor grado de continentalidad frente a las sierras adyacentes, tanto hacia el este como hacia el oeste. Debido principalmente a este factor, las comunidades vegetales que habitan en la Sierra son características de estas montañas del centro de España. Estas comunidades se suceden altitudinalmente en las laderas, conforme varían las condiciones ambientales, principalmente la temperatura y las precipitaciones.

 

Las principales formaciones vegetales son los encinares, los melojares, los pinares de pino albar, los matorrales de piorno serrano y enebro rastrero, y los pastizales psicroxerófilos.

 

Los encinares de Quercus ilex subsp. ballota se desarrollan en la zona del piedemonte de la Sierra, por lo que sólo se encuentran de forma puntual en el Parque Nacional. Una de las especies acompañantes más representativa es el enebro de miera (Juniperus oxycedrus).

 

Los melojares de Quercus pyrenaica ocupan una extensión importante en las laderas de las montañas, aunque, debido a que su óptimo no supera los 1.600 m de altitud, la mayor parte de sus masas se sitúan fuera de los límites del Parque. En algunos barrancos y enclaves se encuentran algunos ejemplares de considerable tamaño, testigos de bosques más maduros que poblaron estas laderas. En suelos con hidromorfía permanente, y en el dominio de los encinares y los melojares, se desarrollan los bosques de fresnos (Fraxinus angustifolia) y melojo, que en su mayor parte se encuentran adehesados en la actualidad.

 

Pinar de pino albar. Los pinares de pino albar (Pinus sylvestris var. iberica) son los bosques más representativos del Parque y los que ocupan mayor extensión. Constituyen el límite altitudinal del bosque, con algunos rodales o ejemplares dispersos que se elevan por encima de los 2.100 m. En las partes más bajas, el cortejo florístico que le acompaña está dominado por el helecho común (Pteridium aquilinum) y la retama blanca (Genista florida). En estas zonas aparecen con frecuencia bosques mixtos de pino albar y melojo, y es normal la presencia del acebo (Ilex aquifolium). En la zona superior, le acompañan otros matorrales como el piorno serrano (Cytisus oromediterraneus) y el enebro común (Juniperus communis subsp. hemisphaerica y J. communis subsp. alpina).

 

Dentro del piso forestal, hay que destacar la existencia de numerosos ejemplos de bosquetes y rodales relícticos, formaciones que debieron presentar mayor extensión en el pasado y que en la actualidad se encuentran relegadas a determinados valles y barrancos y en determinadas orientaciones favorables. Entre ellos destacan los abedulares de Betula celtiberica y los rodales de tejo (Taxus baccata).

 

Por encima de los pinares se desarrollan extensas formaciones de matorrales de alta montaña, los piornales de piorno serrano (Cytisus oromediterraneus) y los enebrales de enebro rastrero (Juniperus communis subsp. alpina).

 

En las zonas cercanas a las cumbres o en los claros de los enebrales, donde no se puede mantener la continuidad del matorral, crecen los pastizales psicroxerófilos. Se trata de una comunidad dominada por herbáceas perennes y de porte almohadillado, en la que domina la gramínea Festuca curvifolia. Presenta gran diversidad y muchas de las especies que la forman son endemismos carpetanos y plantas de óptimo eurosiberiano que alcanzan en estas montañas su límite de distribución meridional (Hieracium vahlii subsp. myriademum, Armeria caespitosa, Jasione crispa subsp. centralis, Silene ciliata subsp. elegans, etc.).

 

Además, en estas zonas altas, y en algunos macizos, el glaciarismo ha modelado el relieve dando como resultado un paisaje de picos escarpados, repisas rocosas y cubetas. Esta morfología ha contribuido a crear nuevos y singulares hábitats para la vegetación, donde se desarrollan comunidades de pastizales húmedos (cervunales, comunidades turbícolas, comunidades helofíticas de charcas y lagunas) y otras comunidades rupícolas que colonizan los roquedos y pedregales del Parque Nacional (comunidades de Saxifraga pentadactylis subsp. willkommiana, comunidades de Senecio pyrenaicus y Digitalis purpurea subsp. carpetana, etc.).

  • El patrimonio cultural de Castilla y León en el parque nacional de la Sierra de Guadarrama
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  • Martinete de Navafría

Museo etnográfico localizado en el municipio de Navafría, a un kilómetro del núcleo urbano, en el pie de monte de la sierra de Guadarrama en su vertiente norte. Alberga en su interior un taller para el batido y modelado del cobre a través de un martinete movido mediante energía hidráulica. Fue construido hacia el año 1850 y pertenece a una larga dinastía de caldereros de cobre. Declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de Monumento, por la Junta de Castilla y León por Decreto 274/1998 de 17 de diciembre.

 

  • Museo de Tapices del Palacio Real de la Granja – San Ildefonso

El Museo se encuentra ubicado en el Palacio Real de La Granja. Dentro de sus colecciones destacan, entre otras, las series flamencas del Apocalipsis, Los Triunfos de Petrarca y la de los Honores y Virtudes, inspirada en cartones de Goya, además de las pinturas sobre cristal de Luca Giordano, de finales del siglo XVII.

  • Museo del Vidrio. La Granja – San Ildefonso

El Museo del Vidrio, se ubica en la antigua Real Fábrica de Cristales de La Granja. Emblemático edificio industrial declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Junta de Castilla y León por Decreto 134/97 de 19 de junio. Actualmente es la sede del Comité Español de la Asociación Internacional de Historiadores del Vidrio. Presenta una importante colección permanente así como exposiciones temporales sobre la temática propia del museo "El Vidrio", sus diferentes tipologías, decoraciones, procesos de fabricación y otros aspectos reseñables. 

  • Museo de Caza - Riofrío

Localizado en el Palacio Real de Riofrío, en el término municipal del Real Sitio de San Ildefonso, recoge una muestra de la evolución de la caza desde la prehistoria hasta la época actual. Destaca la presencia de abundantes trofeos, tapices y pinturas relacionados con la actividad cinegética, en particular las realizadas por Velázquez, Rubens y Synders entre otros. Así mismo, resultan muy interesantes los dioramas realizados para diferentes especies en sus hábitats naturales.

  • Museos en Segovia capital

Ciudad Patrimonio de la Humanidad (título otorgado por la UNESCO en 1985) se localiza dentro del Área Socioeconómica de Influencia del Parque Nacional, alberga una importante oferta cultural.

 

Para más información consultar la página Web del Patronato de Turismo de Segovia.

 
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